¿Necesitas incorporar directivos o responsables de áreas a tu entidad sin ánimo de lucro?
Cuando se abren procesos de selección para responsables de asociaciones y fundaciones, las descripciones de los puestos a cubrir se llenan de responsabilidades y competencias.
En nuestra experiencia, sin embargo, lo más importante no es tanto eso -competencias, capacidades- cómo las habilidades “soft” que el futuro contratado o contratada haya desarrollado a lo largo de su vida profesional y personal.
Son las habilidades “blandas”, muy vinculadas a la inteligencia emocional, que una organización sin ánimo de lucro ha de detectar en sus posibles futuros miembros del equipo de dirección.
¿Cuándo se detectan?
Si has recibido un curriculum con una carta de motivación, es posible que estos documentos contengan algunos indicios, pero sin duda la clave es la entrevista.
Lo más eficiente es contar con una plantilla en la que recojas las competencias y experiencias que son necesarias para el puesto de trabajo que quieres cubrir, y que te permita puntuarlas -del 0 al 5, o del 0 al 3- con toda la información que aparece en el curriculum y en sus anexos.
También es importante que pienses, ¡y apuntes!, previamente las preguntas que quieres hacer a cada candidato.
Si las responsabilidades, experiencias y competencias que se piden en la oferta de empleo son criterios de selección para la fase de entrevistas, podemos asumir que todos los entrevistados cumplirán en mayor o menor grado con esos requisitos mínimos.
Uno de los aspectos más relevantes de la entrevista será por lo tanto detectar y confirmar que la persona entrevistada también tiene las habilidades “soft” indispensables en cualquier puesto de responsabilidad.
¿Cuáles son?
Compromiso
Más allá de las causas concretas de cada organización, con las que posiblemente muchos de los candidatos al puesto de dirección no estén familiarizadas, es importante confirmar que la persona que se entrevista tiene un compromiso y una implicación con el sector social que se manifiesta no sólo en su vida laboral sino, de manera más global, en su planteamiento de vida.
Algunas preguntas que te pueden ayudar, o temas para tener presente, son:
- ¿Con qué causas se moviliza la persona entrevistada y su familia?
- ¿Aporta dinero a alguna organización?
- ¿Ha participado en alguna movilización o concentración pública?
- ¿Se ha implicado activamente en causas sociales?
- ¿Es donante de sangre o de médula?
- ¿El cuidado del medio ambiente y/o la atención a las personas más desfavorecidas
están implícitos en lo que transmite? - ¿Hay valores que sustentan su recorrido vital?
- ¿Menciona la sensibilización y la educación como algo relevante para él/ella y su familia?
Valentía
No se trata de contratar a un bala perdida o a alguien arrogante, sino de poder contar con una persona que afrontará con convicción los desafíos y los retos que todo puesto de responsabilidad plantea de manera periódica.
Desafíos como: despedir a un miembro del personal que lleva muchos años estancado en la entidad, abrir una nueva línea de actividad o arrancar una empresa social, tener una conversación difícil con algún partner o proveedor, pedirle mayor implicación a un miembro del órgano de gobierno, o rechazar presentarse a una convocatoria porque, aunque sería fácil conseguir financiación, no tiene sentido para la organización -¿te suenan algunos de estos ejemplos?-.
Es decir, tomar en ocasiones decisiones difíciles o arriesgadas, pero hacerlo con mesura y teniendo en cuenta a las personas para que la organización cumpla lo mejor posible con su misión.
- ¿Qué candidatas y candidatos han tomado decisiones difíciles en su trayectoria profesional?
- ¿Cómo lo han hecho, y cómo han atendido a las personas implicadas?
- ¿Qué han aprendido de esos momentos?
Alegría
Tu candidata o tu candidato, ¿vive en el mundo con alegría? Porque en toda entidad social, y con todas las causas a promover o defender, surgen momentos en los que uno tendría muchos motivos para vivir con ira, con enfado o con desesperanza.
Y, sin embargo, las entidades sin ánimo de lucro necesitan líderes que sean capaces de sobreponerse a esos momentos, para ellos mismos y para todo el equipo que dirigen, y hacer de nuevo presente la alegría.
Porque trabajar en una entidad sin ánimo de lucro es un privilegio.
Lo es el promover una causa que importa, y también lo es el cobrar un sueldo (no siempre muy sustancioso, pero eso es otro tema 🙂 ) por trabajar en algo que contribuye a hacer un mundo mejor.
Y porque afrontar nuestros retos diarios se hace siempre mejor con una sonrisa en los labios, y con la voluntad de mantener la alegría y de transmitirla.
Así que no dejes de comprobar si se dibuja a menudo una sonrisa en los labios de las personas que entrevistas, y si hay alegría que se vive y se transmite.
Sin duda hacen falta además conocimientos, experiencia y competencias para asumir un puesto de responsabilidad en una asociación o una fundación.
Pero si tu nueva incorporación no tiene esas tres cualidades que hemos mencionado más arriba, y aunque dure mucho en vuestra organización, ésta no llegará tan lejos como habría podido.
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Excelente articulo, ojala muchos directivos de organizaciones pudiesen leerlo y tenerlo muy en cuenta a la hora de seleccionar sus equipos. En este mundo donde solo importa tu edad y tus títulos, poner el énfasis en la persona me parece un gran acierto, porque antes que cualquier cosa somos personas.
Muy interesante recordarnos esta imprescindibles habilidades humanas, también para ser un profesional útil del sector. Pongamoslas en práctica.
Interesante la valoracion a otros aspectos que no sean precisamente las competencias academicas