Bienvenida sea esta Campaña de Manos Unidas. Nos vuelve a recordar que el hambre no es sólo de pan, sino de afecto, de cultura, de sentido vital, de salud y de Dios. Y que, en consecuencia, como hemos subrayado, la salud no es sólo física o mental o social sino también espiritual. Que nuestro compromiso sea sincero. Aun en medio de la crisis que estamos padeciendo. La ayuda llegará este año a proyectos humanitarios y de desarrollo para Bolivia, India, Costa de Marfil, Benin y Paraguay. Finalizo con una frase de T. Roosvelt: «Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde estés». ¡Gracias voluntarios y colaboradores de Manos Unidas! Lo que hacéis no tiene precio. El amor cristiano es lo único que crece cuanto más se reparte.