Japón planea impulsar las exportaciones nucleares civiles mientras intenta aplacar a su población, indignada por las filtraciones radiactivas ocurridas en su central atómica de Daiichi, en Fukushima, dañadas por el terremoto y posterior tsunami del 11 de marzo de 2011.
«El motivo por el que Japón toma esta peligrosa medida es conseguir oportunidades de negocios e influencia diplomática en los países en desarrollo», explicó Yuki Tanabe, experto del Centro de Japón para un Ambiente y una Sociedad Sostenibles (Jacses, por sus siglas en inglés).